Nuestras manos, entre los llegados… sólo palpan intensidad y vacíos, gestos groseros… que fueron baile y ceremonia, aperos de belleza extraña… ahora parecen disfraces, casi harapos. Silencio de tambores y tintineo de conchas… quieren resucitar. Plumas, máscaras, palos, armas… nos miran majestuosos desde el océano de tribus, imperios. Hay dioses, demonios, monstruos y hadas… en el aire, y todo… como reliquias de algo muy lejano. Casi miedo.
El hombre moderno no es agua, llama río a un estanque. El humo que habita en la intimidad… le parece contaminación, y algo es música si vive en un video-clip. Su mundo es un enorme parque temático… rebosante de wifi, colorines, buen rollito, y mejores intenciones. A los llegados desde el olvido… los llena de complejos vitamínicos de estúpida fantasía… y pretende revivir aventuras que nunca existieron. Triquiñuelas de imaginería sustituyen con sus peones… a los viajeros, y sus mundos.
El hombre que es hombre es agua. Es río también. Se siente vivo entre el humo y cantos en el fuego y luna de la intimidad. Ya no hay obstáculos insuperables en la corriente, caudal abundante para navegar.
Enciendo fuegos con alambres, baila con el esmeril, soplete son pinceles de las llamas y sus caderas, tenazas para moldear las pestañas de las sutilezas, la rotaflex peina plumas y músicas, el martillo pone voz a los niños de los hierros rojos y negros y fríos y calientes.
Brujos, chamanes, hechiceros, sacerdotes… gente importante entre aguas bravas del gran río de siempre, otra vez mas… aquí.
AuthorCorné NuhamTechniqueWelded Steel SculptureYear2017
Nuestras manos, entre los llegados… sólo palpan intensidad y vacíos, gestos groseros… que fueron baile y ceremonia, aperos de belleza extraña… ahora parecen disfraces, casi harapos. Silencio de tambores y tintineo de conchas… quieren resucitar. Plumas, máscaras, palos, armas… nos miran majestuosos desde el océano de tribus, imperios. Hay dioses, demonios, monstruos y hadas… en el aire, y todo… como reliquias de algo muy lejano. Casi miedo.
El hombre moderno no es agua, llama río a un estanque. El humo que habita en la intimidad… le parece contaminación, y algo es música si vive en un video-clip. Su mundo es un enorme parque temático… rebosante de wifi, colorines, buen rollito, y mejores intenciones. A los llegados desde el olvido… los llena de complejos vitamínicos de estúpida fantasía… y pretende revivir aventuras que nunca existieron. Triquiñuelas de imaginería sustituyen con sus peones… a los viajeros, y sus mundos.
El hombre que es hombre es agua. Es río también. Se siente vivo entre el humo y cantos en el fuego y luna de la intimidad. Ya no hay obstáculos insuperables en la corriente, caudal abundante para navegar.
Enciendo fuegos con alambres, baila con el esmeril, soplete son pinceles de las llamas y sus caderas, tenazas para moldear las pestañas de las sutilezas, la rotaflex peina plumas y músicas, el martillo pone voz a los niños de los hierros rojos y negros y fríos y calientes.
Brujos, chamanes, hechiceros, sacerdotes… gente importante entre aguas bravas del gran río de siempre, otra vez mas… aquí.
AuthorCorné NuhamTechniqueWelded Steel SculptureYear2017