… ¿existe algo que ni siquiera podemos llegar a imaginar? Llamar a ese “algo” Caos desde el Cosmos es fácil, pero no resuelve nada: solo es arquitectura de dialéctica intelectual que pare nuevos conceptos y nuevos nombres. No contemplamos nada anterior al “Hágase la luz”.
Lo pre-eterno existe. Existe como un exiliado de nuestro mundo, lejos, muy lejos, en un lugar llamado Imposible. Hace falta tener piel de serpiente debajo de la piel civilizada para llegar hasta allí y poder mirar a los ojos a la luz fría que contiene la oscuridad; palpar con el asombro y el temor a esa extraña nostalgia de origen desconocido que es brújula en lo absolutamente diferente.
Imprescindible no invitar a esa aventura ni a la moral ni a la ética; hay expulsar a los prejuicios y al falso pudor en ese viaje a lo más profundo de la intimidad, donde todo lo que existe tiene sangre fría y sueños abrasadores.
Corné Nuhan conoce ese lugar; él es una partera en esa oscuridad. Extrae hierro de lo negro, le da la forma que le dicta su serpiente íntima con sus manos de hombre, lo lleva a la luz del día, deja sus obras aquí, calla y regresa al mundo sin palabras.
Surafricano. Después de trotar por medio mundo se quedó aquí porque, aquí, huele a hierro donde los nativos huelen a mar. Él sabe que Caos solo es un nombre. Él intuye que Caos es una mujer, una mujer bella, muy bella… porque… es íntima como el alma, de la que se ignora todo, pero… …ella tiene sangre fría, como él. Trae lo ciego y mudo hasta nuestro mundo de luz y voz. Lo trata con la ternura de lo feroz. Su intuición es olfato allí entre las insinuaciones de los siempre pretérito y oscuro y lo hace escultura.
AutorCorné NuhamTécnicaAcero Soldado con Base de MaderaAño2017
… ¿existe algo que ni siquiera podemos llegar a imaginar? Llamar a ese “algo” Caos desde el Cosmos es fácil, pero no resuelve nada: solo es arquitectura de dialéctica intelectual que pare nuevos conceptos y nuevos nombres. No contemplamos nada anterior al “Hágase la luz”.
Lo pre-eterno existe. Existe como un exiliado de nuestro mundo, lejos, muy lejos, en un lugar llamado Imposible. Hace falta tener piel de serpiente debajo de la piel civilizada para llegar hasta allí y poder mirar a los ojos a la luz fría que contiene la oscuridad; palpar con el asombro y el temor a esa extraña nostalgia de origen desconocido que es brújula en lo absolutamente diferente.
Imprescindible no invitar a esa aventura ni a la moral ni a la ética; hay expulsar a los prejuicios y al falso pudor en ese viaje a lo más profundo de la intimidad, donde todo lo que existe tiene sangre fría y sueños abrasadores.
Corné Nuhan conoce ese lugar; él es una partera en esa oscuridad. Extrae hierro de lo negro, le da la forma que le dicta su serpiente íntima con sus manos de hombre, lo lleva a la luz del día, deja sus obras aquí, calla y regresa al mundo sin palabras.
Surafricano. Después de trotar por medio mundo se quedó aquí porque, aquí, huele a hierro donde los nativos huelen a mar. Él sabe que Caos solo es un nombre. Él intuye que Caos es una mujer, una mujer bella, muy bella… porque… es íntima como el alma, de la que se ignora todo, pero… …ella tiene sangre fría, como él. Trae lo ciego y mudo hasta nuestro mundo de luz y voz. Lo trata con la ternura de lo feroz. Su intuición es olfato allí entre las insinuaciones de los siempre pretérito y oscuro y lo hace escultura.
AutorCorné NuhamTécnicaAcero Soldado con Base de MaderaAño2017