Sobre las cenizas de la razón…
lugar deshabitado por los nobles sentimientos
donde la mala conciencia sonríe mientras los pésames se abrazan
allí, cuerpo presente aún… huele a frutas.
Lo que no refleja ningún espejo
lo que parece que se fue in illo témpore y regresa sin haberse ido nunca
lo que se busca y de lo que se huye… ahora observa desde íntimos hierbajos
lo que no huele y es olido por lo imposible, en voz baja, muy baja…
Camino del cementerio… hay séquito de cobardes y niños grandes,
… pero en el suelo de los reptiles, en el aire de truenos y pájaros…
la que no pertenece al tiempo, muda su piel, ella es colores y seseo de lo más callado
deja lo muerto y estrena otra vez el viaje eterno, sin pasado, sin futuro
siempre hace su nido entre hedor íntimo y los espinos de los imposible sueños.
Sangre, éxtasis, horizonte, ruido de tambores, ella es… Lo Otro aquí.
Punto cero de todo es hielo ahora, la Historia todavía no existe
nacida antes de nacer, cuando aires, aguas y tierras son vírgenes e infiernos
belleza y temor son beso y diamantino amor inhumano,
… eterno femenino, fruta de Lo Otro, corona de nadas, madre de sentimientos huérfanos,
allí crujen las escamas y las plumas de la intuición,
en voz baja, muy baja… Bëlit-ilï.